viernes, 28 de octubre de 2016

Resident Evil 7, ¿Qué se puede esperar después de 6 entregas numeradas?

Si miramos hacia atrás, y dejamos de lado las entregas sueltas (como los nada desdeñables Revelations, Code Verónica, entre otros), enfocándonos así únicamente en los lanzamientos numerados, la saga Resident Evil divide su excelsa trayectoria en el ocio electrónico con dos tendencias muy diferenciadas: Sustos, poca munición, situaciones límites y una elevada dificultad, en contra de abundante pólvora, patadas giratorias, enemigos con metralletas y escenas scriptadas por doquier.



Así, las tres primeras entregas de esta franquicia jugaban en terreno de la primera vertiente: títulos de elevada dificultad, donde lo primordial era poner al jugador en un entorno donde experimentara el terror a través de la sensación de una constante desventaja y premura por recolectar recursos que, quizás, serian suficientes para sobrevivir a un encuentro peligroso que no llegaba aún, pero que sabíamos que vendría. Fueron tres entregas bien diferenciadas, donde cada una supo conservar los elementos claves de las anteriores y añadir nuevas situaciones que evitaban la repetición y la monotonía. Y si bien los momentos de acción fueron acrecentándose con cada entrega, esta siempre permanecía en segundo plano, lo que daba suficiente espacio para que la exploración y la supervivencia se dieran banquete.



Por su parte, las tres últimas entregas cambiaron totalmente la filosofía de la franquicia, entregándose sin remedio a la segunda vertiente plagada de acción, anulando casi por completo los puzzles 'marca de casa', suplantándolos con decenas tras decenas de enemigos, aumentando la sensación de agobio y abriendo las puertas a un nuevo público que hasta ese momento, no veía con tan buenos ojos a esta franquicia.

Cierto es que Resident Evil 4 fue un juegazo a todos los niveles, y que más allá de haber "ultrajado" gran parte de la esencia de la saga en el aspecto jugable, no lo hizo para mal, dándole un enfoque nuevo que agradó a crítica y público.



El error estuvo en la forma de abordar, por parte de CAPCOM, el éxito rotundo que supuso la cuarta parte de Resident Evil. A diferencia de lo ocurrido en las tes primeras entregas, donde la evolución se dio cita en cada nuevo capítulo sin sacrificar los elementos distintivos de la franquicia, las dos últimas entregas, Resident Evil 5 y 6, sufrieron una transformación que los alejó de la magnificencia de la cuarta entrega y los aproximó más a las modas del momento: el juego online cooperativo, los eventos Hollywoodenses y la acción desenfrenada no fueron suficientes para satisfacer a los incondicionales. 

CAPCOM no dejó de innovar, eso está claro, porque sobrevivir con un amigo en Resident Evil 5 era una gran idea y el enfoque peliculero de Resident Evil 6 no está del todo mal (Si lo juegas con el switch de aficionado de antaño apagado, es una entrega la mar de disfrutable), sin embargo, eso no era lo que pedían los aficionados, y fue justamente la supuesta necesidad de llevar a Resident Evil a las modas del momento lo que terminó minando la confianza de los más incondicionales.

Con Resident Evil 7, CAPCOM quiere volver a sus orígenes, como tantas veces ha mencionado y alegado. Un par de abre bocas intentaron animar a los más escépticos con una nueva vista en primera persona y una ambientación muy distinta a lo acostumbrado en la saga, pero, ¿será eso lo que veremos al final?



Bajarse del carrito de la rentabilidad es algo que ninguna compañía quiere hacer, y es lo que termina llevando a estas empresas del ocio electrónico a hundir de cabeza a sus sagas más longevas en el fondo de la piscina de lo fácil, espectacular, guiado y seguro, así que, ¿qué garantiza que eso cambiará? 

Que los jugadores de antaño esperemos un Resident Evil como el 2 o el 3 para esta séptima entrega, es un oasis al que nunca llegaremos nuevamente, no en los tiempos que corren. Pero CAPCOM tiene las herramientas y el talento necesario para alejar su entrega número siete (¿la de la suerte?) de las garras de las modas y acercarla a un terreno más neutral, donde nuevos y viejos queden satisfechos por igual y que más allá de que no se alcance la calidad o cariño que entregas como Code Veronica lograron en su momento, pueda encumbrarse como el regreso triunfal de una franquicia que, con derecho, se ha convertido en referencia en el mundo de los videojuegos.